miércoles, 11 de mayo de 2011

Almas separadas por la piel.

Sera una entrada algo larga, la hice hoy.

No entiendo porque las personas quieren entender la poesía de una manera clara a la razón, la poesía se siente, y así se entiende lo que la lengua y los labios no pueden explicar. No entiendo porque las personas no estuvieron muy de acuerdo con una frase que pondré a continuación, o será que quieren razonarla y así “entenderla”:

Bailar puede ser como hacer el amor, dos cuerpos moviéndose al unísono, dos almas separadas solamente por la piel, dos corazones llamándose el uno al otro, amándose.

¿Qué parte quieren entender o razonar, cuando no hay nada de eso en esto?

Es tan sencillo, imagínate un baile, el tango según estudios, “llega a un lugar profundo de las emociones esenciales del ser humano y lo desnuda […]. Esto sube a través del andar de los cuerpos abrazados, la mirada cercana, los roles definidos, el formar una unidad de funcionamiento. Se escucha en el lamento eterno del violín, los acordes esperanzados o profundos de los bandoneones, en su poesía cantada y por sobre todo en sus cuestionamientos a los vínculos amorosos. El tango ha puesto la mirada en el amor”

La diferencia entre comparar la intimidad de hacer el amor con un baile, es que no hay penetración, eso es todo. Son dos cuerpos excitados por amor, bailando.

Pero imagina tienes 16 años, no conocías el amor, mucho menos el hacer el amor, y de pronto estas en un lugar con velas, y una música exquisita sonando alrededor, y a un lado tu amante, tomándote de la mano incitándote a bailar, a compartir una intimidad física que nunca habían tenido. Te toma por la espalda, te acerca tanto que puedes sentir el calor de su piel sobre tu vestido, puedes sentir su respiración sobre tu cuello, sientes que la piel se te pone como de gallina, tienes el poder de sentir arder tus venas, en un estado de ebullición a causa del calor del amor, cierras los ojos y puedes ver como a través de los pasos, de la música; las almas se abrazan, y los corazones se hablan en un incógnito lenguaje. Y saboreas toda esa intimidad “física” en privado y así es como haces el amor. ¿Quién dijo que hacer el amor, era unir los abyectos cuerpos con amor y así tener un orgasmo? Probablemente al bailar podrías tener un orgasmo, soltarías un silencioso e interno gemido de amor o de nostalgia, porque ese acto fue algo efímero, que a la vez gritaba melancolía.

“Es un arte sublime, diferente cada vez, que se parece tanto a hacer el amor que al finalizar cada representación nos deja el corazón latiendo muy fuerte y esperando con ilusión la próxima vez.”

Experimento esto a través del recuerdo de un viejo y púdico baile, Can I have this dance?, una melodía y una compañía que me hicieron sentir esto que escribo.

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